En español, el adverbio efectivamente tiene dos usos: uno, que significa de forma efectiva, es decir, modo en que una acción logra un efecto real (en inglés, effectively) y otra para asentir o confirmar una información previa, como en efecto, así es o eso es (en inglés, indeed).
¿Y qué es una comunicación efectiva? Pues aquella que cumple con los objetivos esperados y resuelve el problema de la interpretación, gracias a la adaptación y asertividad de sus interlocutores. Es efectiva porque surte efecto, en cuanto a que el emisor y el receptor interpretan el mensaje de forma equivalente. Así, los dos son capaces de reaccionar apropiadamente porque no hay malentendido ni distorsión.
Todo ello, junto al acrónimo EFE o Español con Fines Específicos (también llamado EpFE), me sedujo durante el proceso de bautismo de esta web. Recuerdo aquello como un dolor de cabeza para mí y una tabarra considerable para mis amigos. Pero, por fin, ahí estaba: efectivamente decía lo que yo quería decir.
También me vino de perlas jugar con el sufijo –mente como sustantivo que aludía al conocimiento (mente en inglés, mind). Y por supuesto decidí rizar el rizo diciéndome a mí misma que ese “va”, del verbo ir, transmite movimiento y avance y que ese “va”, de Vanessa, personalizaba la cosa desde su posición en medio del objetivo y el aprendizaje…
¿Se entiende ahora lo del dolor de cabeza?
Juegos etimológicos aparte, lo cierto es que el español de especialidad, ya sea laboral o académica, ha ido creciendo de forma exponencial desde los años setenta. Son muchos los fenómenos que lo explican: El ingreso de España en la Comunidad Económica Europea, la expansión de los mercados de España y América Latina, los programas internacionales de estudios universitarios, las nuevas tecnologías, la circulación cada vez mayor de documentos especializados (comerciales, jurídicos, técnicos y científicos…) y una permeabilización progresiva de todo ello en la lengua general.
Sin embargo, no es algo nuevo. Es fácil imaginarse, por ejemplo, a un comerciante del siglo XVI tratando de desenvolverse en sus negocios con un comerciante español sin saber que estaba haciendo un intensivo práctico de EFE, por ejemplo.
De hecho, si hablamos de inmersión, casi podríamos considerar cualquier contexto particular como una variedad de español específico que se escapa de los manuales. Por eso, Efectivamente Spanish surge de EFE pero no se limita a EFE. Me explico: se trata de ofrecer una opción a aquellos profesionales – o no – que demandan un español más relevante, más real y a menudo más urgente.
Las píldoras de hoy:
Venirle a alguien algo de perlas: algo que llega de forma conveniente, ventajosa, favorable. (en Colombia “me cae de perlas”). “Le vino de perlas coincidir con el director comercial en el seminario”.
Rizar el rizo: complicar una situación más de lo necesario. Existe otra acepción que es hacer algo muy difícil haciendo alarde de destreza. Curiosamente, no viene del cabello sino de las acrobacias aeronáuticas. “Ahora hay que centrarse en el tratamiento, lo demás es rizar el rizo”.
Algo bien traído: A menudo se usa en el lenguaje coloquial para indicar que una idea, un argumento o un chiste enlaza con el discurso de manera coherente o ingeniosa, incluso si se acaba de improvisar. Lo contrario sería “forzado”. “La anécdota no es verdad, pero está muy bien traída”.
(Dar la) tabarra: Provocar algo que cansa o molesta. Su origen está en el tabarro, variante del tábano y cuyo zumbido es especialmente molesto. También se dice dar el tostón. “Me dio la tabarra con su libro toda la tarde”.