Recién llegada a Kenia hace ya muchos años, descubrí dos cosas: que “hakuna matata” no era un invento de Disney sino una frase real en suajili que significa no te preocupes o no hay problema. Y dos, que el atletismo tiene la culpa de que a los naturales de Kenia se les diga a menudo keniatas y no kenianos, cuya terminación parece guardar más coherencia con la adjetivación natural del término.
Parece ser que la frecuente mención en la prensa deportiva de esta nacionalidad, asociándola al apellido del primer presidente de la Kenia independiente, Jomo Kenyatta, favorecieron en un principio la confusión. Sin embargo, significan lo mismo y a día de hoy ambos están aceptados por la Real Academia Española.
Lástima que no se zanjara el asunto con una solución más precisa. En un foro de atletismo que consulté hace tiempo, un ingenioso internauta ofrecía la solución definitiva: no se dice kenianos y kenianas sino “kenianos y keniatas”. Brillante, ¿verdad?
Hablando de anécdotas, una vez tuve cierto alumno que se quejaba de discriminación positiva hacia las mujeres naturales de su país, Bélgica. Al fin y al cabo, poseía la única nacionalidad en español que no tenía su variante masculina. Su reivindicación consistía en corregir al padre de su novia siempre que podía: “Soy belgo, no belga”. Nunca supe en qué medida tal desencuentro lingüístico afectó a su relación, pero desde luego yo no pude rebatirle. ¡Tenía toda la razón!
Por último, hablemos de cierto debate peliagudo: Castellano o español. Aunque la polémica es innecesaria, aún hay quien quiere hacer política de esto.
Castellano o español se refieren al mismo idioma. Sin embargo, para evitar confusiones, conviene usar el español como la lengua que nació en España y que hoy hablan quinientos millones de personas nativas en todo el mundo. La palabra castellano, parece más apropiada cuando queremos distinguir la lengua oficial de España, esto es, el español, de las lenguas vernáculas cooficiales (y por tanto también españolas): catalán, vasco y gallego.
Igualmente, castellano es, de forma más específica, el antiguo español románico del reino de Castilla y, por ende la variedad del español que se habla actualmente en esta región.
Las píldoras de hoy:
Zanjar: Dar por terminada una dificultad para favorecer la conclusión y el arreglo de un asunto. “Es necesario zanjar las diferencias ideológicas entre los dos países en bien del acuerdo”.
Reivindicación: Sustantivo femenino que remite a la acción de exigir algo a lo que se tiene derecho o reclamar su autoría. “El sindicato está presionando a la empresa con su reivindicación de una subida salarial urgente”.
Peliagudo/a: Algo difícil de comprender o gestionar. “Hablar de eutanasia en mi país es un asunto peliagudo”.
Por ende: Por tanto, por consiguiente. Del latín inde (de allí) y proinde (asi pues). “Hemos cubierto la plaza; por ende, no se aceptan más currículos”.
Vernácula/o: Propio de una región determinada. Se usa para hablar de costumbres, lenguas, tradiciones… “Su viaje tuvo un fuerte impacto en la arquitectura vernácula que había desarrollado hasta entonces”.